El pueblo nativo de Norteamérica utilizaba la lobelia para tratar problemas respiratorios y musculares, así como laxante. Hoy se usa para tratar el asma, como relajante y contra las depresiones nerviosas.
Esta especie le debe su nombre al médico y botánico holandés Matthias Von Lobel, que vivió en el siglo XVI. Además, en su estado natural la lobelia es una planta venenosa.
Nombre científico: Lobelia erinus.
Nombres/s comunes: Lobelia.
Origen: Es originaria de Sudáfrica y América.
Familia: Lobeliáceas.
Hojas: Sus hojas son perennes y su follaje se presenta de manera alterna con unos bordes dentados en forma de sierra.
Flores: Las flores de la lobelia son simples o dobles, solitarias, blancas o azuladas y muy numerosas.
Tallo: Sus tallos son cilíndricos.
Estilo: Es una planta herbácea anual.
Altura: Suelen medir de 10 a 20 centímetros.
Abono: Esta especie debe ser abonada cada 15 días a partir del último mes de la primavera, de esta menera se favorece el proceso de floración.
Riego: El riego debe ser regular, para que el terreno permanezca fresco y húmedo.
Luz: Son plantas que pueden estar expuestas tanto parcial como directamente a los rayos del sol.
Temperatura: Necesitan un clima templado para su desarrollo.
Sustrato: La tierra en la que se cultivan las semillas es imprescindible que sea blanda y ligera.
Multiplicación: Para realizar el proceso de multiplicación de la lobelia las semillas se deben plantar en cajones a finales de invierno.
Floración: Los meses que este ejemplar nos mostrará sus flores en todo su esplendor son los que comprenden la época estival.