viernes, 26 de marzo de 2010

DALIA, LA FLOR DE MÉXICO


                                   

Tras el descubrimiento de América, muchos son los productos que se han intercambiado entre este continente y Europa. Entre ellos nos encontramos algunas clases de plantas, como la dalia.  Aunque todas las especies vegetales engloban abundantes variedades, ésta las sobrepasa, superando los dos mil tipos, en función de la apariencia de la flor. Como consecuencia de ello, no todas tienen el mismo tamaño, variando la la longitud  de los tallos y la dimensiones de la flor.

La que se considera la flor nacional de México tuvo su origen en la zonas de Cuernavaca y Tepozotlán e hizo su aparición en el continente europeo a través de España. Cavanilles, director del Real Jardín  Botánico de Madrid a finales del siglo XVIII, comenzó a cultivarla, y le puso su nombre actual, en honor a su amigo y discípulo de Linneo, Andreas Dahi. Este botánico sueco la introdujo en Dinamarca, convirtiendo  poco a poco a la dalia en una de las indispensables en el mercado de flores de los países de Europa.

Es una planta que se repruduce a través de bulbos, una especie de cebolla que contiene los nutrientes necesarios para su posterior desarrollo vegetal. La época ideal para cultivarla es a principios de  la primavera.

Sus cuidados para un crecimiento óptimo es ubicarla en una zona con mucha luz, pero sin que le afecte el sol, apartarla de corrientes de aire. También es importante mantener el suelo húmedo y conviene retirar las hojas secas, ya que el resto de la planta tendrá más vigor.

Los bulbos sean del vegetal que sean, requieren ciertos cuidados cuando éste se han secado. Las dalias lo harán al principio de otoño cuando comience el frio de modo que es el momento de retirarlos del suelo.

Esta planta puede durar unos 10 días como flor cortada, nos aportará un gran colorido ya que disponemos de muchas gamas de colores desde el blanco puro hasta el naranja, lavanda  y muchas más variedades bicolores.

  

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